La popularidad de Donald Trump se encuentra en su momento más bajo desde su llegada a la Casa Blanca (seis de cada 10 estadounidenses desaprueba su labor), pero sigue gozando del respaldo de prácticamente todos los votantes republicanos, y cuenta con una sólida base de apoyo entre los cristianos blancos, según una encuesta divulgada este lunes por el Instituto de Investigación Pública sobre Religión (PRRI, en inglés).
La encuesta refleja “una nación fragmentada”, en la que demócratas y republicanos se han atrincherado en posiciones opuestas, una línea divisoria que también queda marcada entre razas y etnias.
Los blancos (especialmente los que no han ido a la universidad) son los que más apoyan al presidente (el 48%), mientras que latinos (el 74%) y negros (85%) censuran su labor.
La discordia política va más allá de las urnas y, contrario a lo que ocurría hace décadas, ahora “nos la llevamos a casa, a la cama, es algo personal y visceral”, según Robert Jones, principal ejecutivo de este centro de investigación independiente.
A su juicio, los republicanos, y en particular los cristianos blancos, se sienten víctimas de los cambios demográficos y culturales del país, atribuidos al crecimiento de la población latina.
Así, y pese a que Trump no era el candidato favorito de los cristianos blancos, ahora son los que mayor lealtad le muestran: el 31% de los evangélicos y el 18% de los protestantes señalan que nada que pudiera hacer el presidente les haría perder su aprobación, aunque una mayoría de ambos grupos admite que les gustaría que su discurso y comportamiento fueran diferentes.
El país está quebrado además por la mitad respecto a la necesidad de apartar a Trump de la Casa Blanca, pero la cifra global de apoyos al juicio político ha crecido cuatro puntos en un mes, hasta el 51%, desde que los demócratas iniciaron el proceso en septiembre en la Cámara de Representantes.
Entre los demócratas el respaldo aumentó diez puntos porcentuales, del 78% a mediados de septiembre a un 88% en la actualidad. Entre los independientes, el cambio fue del 47% al 49%, respectivamente. Los republicanos lo rechazan mayoritariamente, en especial los que se informan en la cadena Fox News y los evangélicos blancos.
Aunque Trump se regodea del elevado apoyo republicano, la encuesta de PRRI muestra que, entre el electorado blanco en general, un 37% de los que carecen de diploma universitario respaldan el juicio político, seis puntos porcentuales más que hace un mes.
Ese cambio se debe al aparente desencanto de las mujeres blancas: el 40% de las que carecen de educación universitaria apoya un juicio político, comparado con el 29% en septiembre. Mientras, entre los blancos con educación superior, ese apoyo aumentó del 46% al 53% durante ese periodo.
Otras encuestas recientes han destacado la baja popularidad de Trump, quien necesitará apoyo más allá de su base para ganar la reelección en 2020.
Los votantes tampoco se ponen de acuerdo sobre cuáles son los asuntos más apremiantes del país: para los demócratas, el cuidado de salud, el cambio climático y la injerencia exterior en las elecciones presidenciales son asuntos clave; para los republicanos, el terrorismo, la inmigración, y la criminalidad.
De hecho, el 63% de los republicanos encuestados cree que los inmigrantes “están invadiendo el país y cambiando la cultura americana”, mientras que sólo el 20% de los demócratas comparte esa idea.
El recelo abona el abismo entre los dos principales partidos políticos y supone una traba para soluciones consensuadas: el 80% de los votantes demócratas cree que el Partido Republicano está dominado por racistas, mientras que el 82% de los republicanos cree que el Partido Demócrata de estar controlado por “socialistas”, según la encuesta de PRRI.