Todos estamos familiarizados con la palabra “estrés,” es más, todos vivimos rodeados de este veneno. Unos le llaman “preocupaciones”, otros le conocen como “angustia”, o incluso “dolores de cabeza” pero el punto es que se manifiesta de manera muy similar en todos nosotros. Para nadie es noticia que vivimos en un mundo lleno de diligencias y cosas por hacer, deudas y problemas por resolver; en un mundo donde le tiempo no nos alcanza para nada y donde el estrés quizás simplemente se considera parte del proceso y parte de la vida. Pero mucho cuidado con llegar a estas conclusiones. El estrés puede ser tóxico para la salud y puede llegar a ser un asesino silencioso.
Una realidad importante de tener siempre en cuenta es que si el estrés no se reconoce y mantiene bajo control, puede ocasionar problemas muy graves de salud y para ello es importante conocer las posibles consecuencias que pueden surgir:
- Eleva la tensión arterial y puede resultar en problemas de hipertensión.
- Altos niveles de estrés no controlados podrían generar problemas cardíacos..
- El estrés activa la hormona cortisol y esto tiende a ocasionar aumento de peso y también afecta el funcionamiento del cerebro, causando problemas de memoria.
- El estrés genera problemas en la piel, incluyendo acné y envejecimiento prematuro.
- Estudios han demostrado que entre el 75% y 90% de las visitas médicas están relacionadas al estrés de alguna manera.
- Y además de las enfermedades y problemas ya mencionados, el estrés también contribuye en problemas de adicciones, problemas gastrointestinales, artritis, problemas del sistema immune, cáncer, diabetes, condiciones neurológicas, entre otros.
Estrategias para el manejo del estrés:
- Tener una rutina de ejercicios (20 a 30 minutos al día, mínimo 3 días por semana)
- Practicar métodos de relajación como la meditación, mindfulness, técnicas de respiración, etc.
- Mantener buena conexión con sus seres queridos, pasar tiempo con familia y amigos sin permitir que el estrés por falta de tiempo se lo imponga.
- Dormir lo suficiente. Si ¡parece mentira! pero el no dormir suficientes horas (mínimo 8) por noche, afecta gravemente nuestros cerebros y crea gran predisposición al estrés y consecuentemente, a graves condiciones de salud.
- Mantener una dieta saludable: saber elegir los alimentos que podrán contribuir a la energía que el cuerpo necesita para lidiar con los problemas diarios es fundamental.
- Establecer límites: prestar atención a nuestras propias necesidades y aprender a decir que no, contribuye de manera significativa a nuestra salud mental y física. En muchas ocasiones, el estrés se alimenta de tantas tareas y responsabilidades que quizás se puedan manejar de otras maneras, como por ejemplo, pidiendo ayuda a los demás cuando se necesita.
- Desarrollar flexibilidad psicológica: este quizás sea uno de los pasos mas difíciles de lograr, pero totalmente posible. Es cuestión de darse oportunidades para ser flexible con uno mismo, saber reconocer cuando el estrés comienza a afectar nuestro funcionamiento y cuando necesitamos un descanso y un respiro. Todos somos seres humanos y merecemos auto-ayudarnos, auto-respetarnos y auxiliarnos cuando estamos en situaciones difíciles.
Lic. Emily V. Calvo, M.Ed / MIAMI | www.vidasaludablememphis.info