Ismael López tenía 41 años, era mexicano, vivía en Mississippi y no tenía pedido de captura policial de ningún tipo. La policía llegó a su casa buscando a un hombre que vivía en la misma calle. Sin embargo, los oficiales le dispararon fatalmente.
A finales de julio de 2017, tres oficiales de Southaven estaban buscando a un sospechoso de violencia doméstica, un vecino de la víctima, cuando golpearon la casa de López en lugar de la casa del sospechoso. López, que había estado dormido con su esposa, abrió la puerta e inmediatamente la cerró después de ver a hombres vestidos de negro con las armas desenfundadas, sin darse cuenta de que eran oficiales.
López intentó volver al dormitorio para proteger a su esposa, cuando le dispararon a través de la puerta, tiroteando a López y su perro en varias ocasiones. A López le dispararon en la nuca y lo mataron.
López vivía en Estados Unidos desde hacía varios años sin papeles. Tanto él como su familia son originarios de Veracruz, México.
López había trabajado como mecánico automotriz en la ciudad de Bartlett, Tennessee, a unos 20 kilómetros de la que era su actual residencia y más recientemente operaba una pequeña tienda del mismo rubro cruzando la calle de su casa.
Vivía en Southeaven, Mississippi, un vecindario de casas de remolque, desde hace unos 13 años junto a su esposa, Claudia Linares. Al momento del incidente, según la mujer, estaban solos en casa.
El fiscal de distrito del condado de Desoto señaló en julio de 2018 que la investigación está cerrada y permanece cerrada luego de que un gran jurado se negó a acusar a los oficiales el año pasado.
La familia de Ismael López presentó en junio de 2019 una demanda por $20 millones contra la ciudad de Southaven, el jefe de la policía de Southaven y los oficiales involucrados en la muerte del hombre de origen hispano.
La demanda solicita $8 millones en daños compensatorios, $ 12 millones en daños punitivos, y gastos funerarios y de entierro por $ 25,000.
Su caso sigue impune.
Galería contra el olvido recuerda a los inmigrantes hispanos del Medio Sur que murieron víctimas del crimen, y que muchos de sus casos siguen sin resolver, con el propósito de no olvidarlos y pedir justicia para ellos, sus familias y nuestra comunidad.
El Informante de Memphis