Fue alumno de Ridgway Middle School (Shelby County School) y de St. Benedict High School en Memphis. También fue reconocido por el ex presidente Barack Obama como un dreamer destacado por su labor médica en tiempos de pandemia. Este joven inmigrante mexicano beneficiado con DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals program) se ha convertido en una inspiración nacional.
Él es Manuel Bernal, residente de Advocate Christ Medical Center en Oak Lawn, Ilinois, con especialidad en Medicina de Emergencia, que actualmente forma parte de los veintinueve mil trabajadores de la salud beneficiarios de DACA, que dan la batalla todos los días en contra del Covid-19. “Es mi deber cuidar de esos pacientes. Es un privilegio ayudar a quienes lo necesiten”, dijo el médico al senador demócrata por Ilinois, Dick Durbin en entrevista.
Para la señora Mireya Mejía, mamá de Manuel, el reconocimiento a su primogénito la llena de emoción y le hace recordar cómo, desde muy pequeño, su hijo se destacó en la escuela, y fue acreedor de reconocimientos y becas. “Siempre fue muy estudioso y competitivo en clases”, cuenta Mireya, en entrevista con El Informante de Memphis.
Manuel nació en Cuernavaca, Morelos, pero su infancia, niñez y adolecencia la vivió en Memphis, donde llegó a punto de cumplir 3 años. La familia compró una casa en Tennessee y criaron a sus tres niños (dos de ellos estadounidenses), inculcándoles el amor al deporte y a los estudios.
“Manuel es nuestro orgullo. Siempre se ha destacado, ha sido emprendedor y le ha gustado buscar sus propias oportunidades, pero como padres, no siempre ha sido fácil”, reconoce Mireya.
Su hijo no se percató de su estatus migratorio hasta la edad de 15 años, cuando entró a High School y necesitó una licencia de conducir. “Fue traumático y angustiante para él. Tenía miedo que lo parara la policía”, dice la madre. Sin embargo, su condición de indocumentado no le impidió alcanzar sus metas, graduarse con honores, y aplicar a cinco universidades.
Se unió al equipo de natación y ganó una beca privada para asistir a la Universidad de Tennessee en Chattanooga. Pero la escuela de medicina era costosa y, como inmigrante indocumentado, no era elegible para recibir ayuda financiera federal.
Luego, en 2012, un año antes de graduarse de la universidad, el presidente Barack Obama presentó DACA, lo que le permitió obtener un préstamo estudiantil y calificar para una escuela de medicina en el país, y la posibilidad de trabajar legalmente como médico.
Bernal estudió en la Escuela de Medicina Stritch de Chicago de la Universidad Loyola, y actualmente hace su segundo año de residencia en el Advocate Christ Medical Center en Oak Lawn, Ilinois, donde atiende a pacientes infectados con Covid-19 en la sala de emergencias.
“Siento temor por los riesgos que corre, pero es su pasión. Todos los días le pido a Dios por él, y sólo espero que todo tenga un buen final”, confesó Mejía, quien aconseja a otros padres mantener a sus hijos ocupados en actividades positivas como el deporte, y claro, la educación. “A mis hijos no les dejamos fortuna, sólo educación, esa es nuestra herencia”, concluyó la orgullosa madre.
El presidente Trump, que ha tratado de finalizar el programa DACA desde 2017, esperaba eliminar gradualmente todos los permisos de trabajo de DACA para este año, pero los tribunales inferiores lo bloquearon. La Corte Suprema escuchó los argumentos en noviembre, y los abogados que llevan el caso han señalado que los jueces podrían fallar en cualquier momento.
Aunque el futuro de los 790 mil beneficiarios de DACA sigue siendo incierto, incluido el de Manuel, el joven médico está convencido de que el sueño americano está ahí, salvando vidas todos los días en la sala de emergencias.
El Informante de Memphis