La señora María, con las amistades que hizo aquí en la ciudad, preparándose para regrasar a Honduras, en el Aeropuerto de Memphis.
Nena Garza / Denuncia Ciudadana
Le pregunté en ese entonces que si tenía los medios para viajar hasta aquí, y me dijo sí, “mis hijos me ayudarán y un buen amigo de la familia que ha estado en Memphis por varios años viajará conmigo”, me dijo la señora. “Él conoce bien a la familia que me hospedará en su casa porque un hijo de Alan y de la familia eran pacientes del St Jude”. Fue así como se conocieron.
Sentí y vi su emoción. Estábamos en una video llamada por Facebook y me dijo “si doña Nena, Dios se lo pague”, en ese momento pensé en el compromiso moral que tenía con esa linda mujer de cabellos canosos.
Al tiempo de una media hora esperando la consulta los tuve que dejar en la clínica por una emergencia (una señora me llamó que quería denunciar a su marido por violencia doméstica). Le dije a Alan que regresaría pronto, que ahí hay interprete y los atenderían. Al regresar resulta que hasta Alan había ingresado a la clinica como nuevo paciente y a Ortelia le iban a hacer una referencia con un oncólogo.
Hablé con una muy querida amiga llamada Ana que trabaja como voluntaria por temporadas en la clinica Church Health y le comenté el caso de María y de inmediato hizo gestiones con uno de los directores de la clinica para que a María la viera el oncólogo lo mas pronto posible, y así fue que en una semana mas tarde, Maria ya era atendida en West Cancer Clinic.
Finalmente llegó el día de la primera consulta con el oncólogo, el Dr. Week, un médico con una personalidad increíble, aparte de un ser dotado de mucha compasión al prójimo. De inmediato ordenó una serie de analisis y estudios , y al poco de dos meses María ya estaba recibiendo radiaciones, y posteriormente quimioterapias. Ella aplicó para un programa donde a pacientes de escasos recursos y poco ingreso económico les dan una forma de pago simbólica, aparte de las facturas que sufragaba Church Health.
¡Ahh! que no se me olvide mencionar a Rosita, una paisana suya, y a Claudia, que les presenté a María para que no se sientiera extraña y sola enmedio de sus angustias, e hicieran amena su estancia en Memphis.
El modo en como Dios nos hace gozar, Dios tiende unos hilos finos, invisibles con los cuales nos mueve a su antojo. ¡Hasta la próxima!
Si quieres hacer tu Denuncia Ciudadana, mándame un mesaje al: 901.930.1919.