Hace poco me encontraba mirándome al espejo confundida, en una depresión profunda, después de haber tenido que abandonar mi trabajo de los últimos cinco años, afligida también por la muerte de mi madre. Me preocupaba lo que vendría, y me inquietaba aún más no tener dónde expresar a través de la palabra el clima antiinmigrante in crescendo que se vive en estos días en todo Estados Unidos.
Y aunque parezca de risa, un té, la mejor amiga y un buen esposo me sacudieron lo suficiente para tomar aire y continuar esta travesía. Así nació la idea de crear un producto editorial para la comunidad inmigrante de Memphis. Un periódico que todo su contenido gire en torno al tema migratorio, sus actores y detractores; que cuente las historias y de rostro y nombre a los inmigrantes, que enaltezca nuestra basta cultura y rompa estereotipos. Que de voz a los que no tienen, y luche contra el olvido de esas víctimas de crimen que en notas periodísticas son sólo una estadística más.
Así comenzamos a buscar al Informante. Y lo encontramos en nosotras, en mi esposo, en mis hijos, en el trabajador del campo, en la ama de casa, en el artista plástico, en el danzante y el obrero. Apareció en el supermercado, en la construcción, como maestro en la universidad, en las cocinas de restaurantes, en el taller mecánico, en el museo y la Pulga, dirigiendo protestas y abogando por los inmigrantes. Estaba en todo lugar.
Lo nuevo necesita amigos, y hoy le pido a la comunidad de Memphis que sea El Informante, que nos permita contar sus historias y que leyendo este periódico haga que valga la pena.
Agradezco a todos los que suman. A mi primera jefa de oficio, Ana, a mis compañeros-mentores, Martín, Don Ramón, Jaime, Pancho, Chema; a Sidney, Carmen y Maruca por permitirme estos años seguir activa en lo que más me apasiona. A mi compañera de crimen-amiga-hermana, Mayu, que sin Dios y sin ella, este, nuestro primer bebé, no hubiera nacido. A todos los que, al primer llamado, se subieron al barco: Rubén Alejandro, Federico, Salvador, Marlene, Cristina, Yancy, Nena, Jose Toro, Chito, Alex. A nuestros socios comunitarios Letty, Conny, Don Rafa, Planned Parenhood, por creer en nuestro proyecto y porque sin su apoyo financiero este hijo no hubiera podido nacer.
Y sobre todo, a nuestra querida comunidad de Memphis que sigue en pie de lucha, valiente, sin rendirse, buscando el sueño americano. Para ellos y por ellos nace hoy El Informante de Memphis, la guía del inmigrante.
Nancy Águila
Editor