NI DE AQUÍ, NI DE ALLÁ
José Valverde
Después de haber escrito en la edición de la semana pasada sobre pertenecer aquí o allá, me vi en la tarea de investigar más sobre testimonios de otros dreamers, que al igual que yo llegaron de mi misma edad o más chicos.
Al seguir haciendo voluntariado en los buses que pasan por la ciudad y escuchar historias de immigrantes sobre sus razones y motivos de emprender este viaje me vi envuelto en más preguntas. Cuando mis padres decidieron emprender emigrar, como lo mencioné anteriormente, yo no sabía los motivos, ahora entiendo que fue por el incremento de la inseguridad y violencia, y sus efectos lo que llevaron a mis padres a cerrar un pequeño restaurante de mariscos y emprender un camino hacia un nuevo destino.
He escuchado muchas historias parecidas por personas que narran la dificultad de prosperar en un ambiente de intranquilidad y corrupcion causado por las mismas autoridades que deberían de ayudar, pero al verse sometidos por este sistema no les queda más que ceder o esperar lo peor.
Durante estos días de voluntariado conocí a una muchacha llamada Jocelyn Vázquez, que al igual que yo es una dreamer.
Aquí su relato:
“Ahorita estoy en mi tercer año en Rhodes. Soy una de las co-presidentas en el grupo de estudiantes Latinxs en Rhodes. Ese grupo se llama Rhodes College Latinx Student Association. No tenemos un grupo oficial de estudiantes «dreamers» pero sí nos conocemos mucho y hablamos entre nosotros cuando tenemos alguna duda o consejo de asuntos de DACA.
“Yo nací en la ciudad de San Luis Potosí, México y llegé aquí en septiembre del 2002. Tenía cuatro años así que de verdad no recuerdo nada de México. Pero sí recuerdo que el día que nos fuimos de allá, estaba en el carro con mi mamá, hermana, abuelo, y prima. Y recuerdo que lloraba porque no entendía por qué me tenía que ir. Pero no recuerdo mi viaje hacia Memphis. Sólo sé que mi mamá viajó con dos niñas chiquitas (mi hermana tenía 3 años) y sin hablar inglés”.
-Jocelyn, ¿cuáles han sido tus mayores retos después de tu llegada a los Estados Unidos?
“Mis papás siempre se aseguraron que nosotras no nos preocupáramos por eso. Lo difícil era en encontrar la manera de ir a la universidad. Pero encontré una beca que se llama Golden Door Scholars, y ahora estoy en Rhodes. Cuando me enteré que no tenía papeles, era difícil de entender qué significaba eso. Siempre sabía que no teníamos papeles, pero no entendía que si nos agarraba la migra nos podían deportar. Así que cuando me di cuenta de eso me daba mucho miedo de que mis papás fueran parados por la policía o la migra. Me daba miedo de que algún día podría ser que ya no regresara a mi casa a verlos o que algo pasaría. También era muy difícil aceptar que no podría regresar a México.
“Cuando existía el Advance Parole, aun tenía mucho miedo de no poder regresar, así que nunca fui a México con Advance Parole. Sigo sintiendo lo mismo por muchos años, que no soy de aquí ni de allá. Creo que involucrarme con la comunidad ayuda a a llenar el vacío que siento de no poder estar con mi familia en México, porque me rodeo de personas que me valoran y tienen las mismas ideas que yo”.
-¿Qué te motiva a seguir y perseverar en tus proyectos?
“Mi motivación constante es el pensamiento de todos los sacrificios que hicieron mis papás para traerme a este país y para darme todo lo necesario para que yo pudiera enfocarme en mejorarme yo misma y en seguir en los estudios. Ninguno de mis papás estudió en la universidad y dejaron todo en México con el deseo de darme una vida mejor. También pienso en mis estudiantes que voy a tener cuando sea maestra. En mi salón siempre voy a animar a mis estudiantes, porque aunque todavía no los conozco, sé que pueden lograr todo lo que quieren”.
-¿Cómo ha sido tu experiencia de voluntaria en la central de buses al ver a toda la gente que llega de diferentes países?
“De verdad me hace sentir triste cuando voy. Pienso en cómo estas personas invertirán mucho tiempo y dinero para tratar de quedarse aquí en este país. También pienso en cómo la gente racista de aquí solo quiere que se vayan, porque piensan que los inmigrantes les van a robar el trabajo. También me enojo con los de inmigración por cómo los tratan. Cómo les ponen grilletes en los tobillos. ¿Qué sentido tiene eso? Pero también me alegra escuchar todas las metas que tienen. Que a pesar de todo lo que han pasado, tienen el deseo de seguir adelante. Eso es algo que siempre me enseñó mi papá, y espero que todo salga bien con los inmigrantes. Pienso en ellos seguido y espero que lleguen con sus familias y que les traten bien en las otras paradas del bus.
“Cuando veo a los jóvenes, pienso en que ellos irán a la escuela, y que yo voy a ser maestra. Y espero que les toquen escuelas y maestras que inviertan mucho tiempo y energía en ellos”.
¿Tienes algún consejos para nuestros lectores, jóvenes con DACA o no, que están luchando para sobresalir en un país con mucha repercución hacia nuestra cultura?
“Cuídense. Esta vida solo te da un cuerpo, así que tenemos que cuidarla. Esto incluye lo físico y mental. Lamento que nadie me dijo de la importancia de cuidar nuestra salud mental. Es completamente aceptable pedir ayuda e ir a terapia, y no es algo que debería ser un tabú. También, tomen cada oportunidad de aprender algo nuevo. Siempre me digo: «Nunca eres la mas inteligente de un cuarto. Hasta los bebes tienen algo que enseñarte». Así que todo es un oportunidad de aprender. Lee un libro, escucha un podcast, y háblales con cariño a tod@s. Te pueden quitar todo, pero nunca te pueden quitar el conocimiento que tienes en la mente”.
Bueno con esto concluimos la entrevista a Jocelyn y esta nota, pero no te olvides de escribirme si quieres contarme sobre tu experiencia como dreamer en los Estados Unidos o para ayudar en la central de buses. Carlosval28@gmail.com.