La cumbia latinoamericana está de luto. El conocido cantante y acordeonista Celso Piña ha muerto este miércoles tras ser internado en un hospital de Monterrey, en el norte de México, por un paro cardíaco, ha confirmado su compañía discográfica y su hija.
El artista mexicano de 66 años, conocido como El rebelde del acordeón, tuvo una trayectoria de más de 25 álbumes y saltó a la fama como uno de los primeros músicos que fusionaron ritmos tropicales y música norteña con el hip hop, el ska y el reggae.
“No hay quien se resista a la cumbia”, ha publicado Piña en su cuenta de Twitter junto a un vídeo de Cumbia sobre el río, su canción más conocida, unas horas antes del deceso. La prensa mexicana informó de que el artista había sido trasladado de emergencia por un infarto y su deceso se confirmó minutos más tarde.
El cantante había regresado de una gira por Estados Unidos la semana pasada, después de presentarse el pasado viernes en Denver y dos días más tarde, en Chicago. “Con profundo dolor comunicamos la inesperada partida de un miembro de la familia, nuestro amigo el maestro Celso Piña”, ha lamentado su discográfica, La Tuna Records, en un comunicado.
Piña se caracterizaba por tener una apretada agenda de trabajo con conciertos en Estados Unidos, México y Latinoamérica. El artista también recorrió España, Alemania, Francia, Reino Unido y otros países de Europa como un icono de la cumbia colombiana, un estilo cercano al vallenato y que está dominado por la presencia del acordeón en las melodías. Su último tour europeo se llamó Cumbia por el mundo. Se le podía ver igual tocando frente a la Torre Eiffel, en un festival estadounidense o en un concierto en las calles de México.
Su influencia fue precursora del auge de la cumbia en la música popular y su fusión de estilos rompió barreras de género y fronteras. El rebelde del acordeón es recordado por su sencillez, su espíritu creativo y como un artista trasgresor que irrumpió en las listas de popularidad con un género que había sido relegado de la escena convencional y se gestó fuera de México. Su legado deja un vacío en el mundo de la cumbia, pero también para miles de seguidores que llegaron a ese estilo de la mano del gran Celso Piña.